Estados Unidos y China se enfrentaron el miércoles con motivo de Hong Kong después de que Pekín se opusiera a una solicitud de Washington para que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas se reúna para abordar la ley de seguridad nacional.
El máximo órgano legislativo de China, la Asamblea Popular Nacional, presentó el proyecto de ley de seguridad nacional el pasado viernes con objetivo de prevenir, detener y sancionar actos en Hong Kong que amenacen la seguridad del país.
El secretario de Estado, Mike Pompeo, certificó este miércoles ante el Congreso que Hong Kong "ya no es políticamente autónoma" de China, por lo que deja de merecer un trato especial bajo la legislación estadounidense, aseguró.
De acuerdo con el asesor de Seguridad Nacional, Robert O'Brien, "parece que con esta ley de seguridad nacional van, básicamente, a controlar Hong Kong".
El texto también prevé autorizar a los organismos que dependen del gobierno central a abrir en Hong Kong oficinas con autoridad en materia de seguridad nacional.
El primer ministro de China, Li Keqiang, llamó hoy a Estados Unidos a ampliar el espectro de la cooperación, manejar con prudencia cualquier diferencia bilateral y evitar confrontaciones, sobre todo por la intromisión en asuntos internos. Las redes como Twitter se llenaron de mensajes del estilo "El día más triste de mi vida", "Es el final de la ciudad que conocemos" o "Rip Hong Kong".
El gobierno chino aún no ha respondido al anuncio de Pompeo.
Todo ello con el objetivo de "salvaguardar la soberanía nacional, la seguridad, los intereses de desarrollo, mantener y mejorar el sistema de 'Un país, dos sistemas', preservar la estabilidad y la prosperidad de Hong Kong a largo plazo y salvaguardar los legítimos derechos e intereses de los residentes de Hong Kong".
Desde que fuese devuelta a China en 1997 por parte de Gran Bretaña, Hong Kong goza de un estatus especial en la ley de EU, que lo considera un territorio autónomo, lo que se traduce en beneficios económicos atractivos para el comercio y la inversión ausentes en la relación bilateral con China. Sin embargo, para el purpurado, "esta ley impuesta en Hong Kong es estúpida".
China interviene en el territorio después del año más convulso de su historia reciente, con una ola de protestas sin precedentes para reclamar una mayor apertura democrática.
Los manifestantes corren huyendo de los gases lacrimógenos de la Policía. "Es el fin. No se equivoquen", dijo el legislador pro-democracia Dennis Quok la semana pasada.
Wang ha aprovechado para asegurar que esta ley, una vez aplicada, no afectará los derechos y libertades de los residentes de Hong Kong. Aunque la declaración de Pompeo estaba certificada, un ayudante del Congreso dijo que el Congreso aún no había recibido el informe. "Si pierden el acceso a ello, a través de Hong Kong, el golpe que se llevarían (el presidente del país) Xi Jinping y el Partido Comunista chino sería tremendo", ha agregado.